sábado, diciembre 01, 2007

Colgada

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Flor tenía razón: esa soy yo.

viernes, noviembre 16, 2007

Una cosa cada día

Hoy aprendí el significado exacto de las palabras misántropo y misógino. No que no las haya escuchado nunca, pero nunca me habían llamado tanto la atención como para buscarlas en un diccionario.

Aguante Dr. House.

lunes, noviembre 12, 2007

La Sombra

Todos tienen un lado privado, un rinconcito del alma que no mostrarían a nadie, y que incluso a los que les gusta escribir les es difícil redactar. Yo tengo un pedazo importante, muy oscuro, enterrado muy profundo en el alma. Cuando se quiere subir y mostrarse lo empujo hacia atrás en mi mente y salgo de trance con una media sonrisa, como si hubiera estado concentrada en alguna cosa cualquiera.
Pero no. Esas cosas que quieren salir a la superficie y respirar, que están como vivas y que tienen voluntad propia, que vagan en mi cabeza y a veces se dejan ver para que sienta un escalofrío, no son algún pensamiento cualquiera. Son recuerdos de eventos, de pensamientos, de maquinaciones, de acciones. Son secretos, tan secretos que la mayoría los sé sólo yo.
Y hay tantos. Bifurcaciones dónde sé que tomé la dirección que no era de forma conciente. Accidentes que no me detuve a arreglar como correspondía. Odios no resueltos. Amores no resueltos. Derrotas que me construí sola y que disfracé de fatalidades. Mentiras que nunca vieron la verdad. Secretos que por ser secretos se convierten en traiciones o cobardías, y toman la forma de espectros que lanzan risas espeluznantes cuando menos lo espero.
Con ese rincón oscuro, con esa faceta oculta, estoy siempre en guerra. La comprimo para que ocupe en mi alma y mi mente el menor espacio posible. La empujo con optimismo y labor. Y, cada tanto, mato alguno de sus habitantes exponiéndolos a la luz que más les duela.
Pero siempre está ahí, y siempre va a estar. Y lo sé porque no me atrevo siquiera a relevar su censo, a develar sus nombres. Convivo con ellos y me desentiendo, como el virus que se eliminó mal de una compu pero que no le impide funcionar. Tal vez porque no me impiden funcionar.

jueves, noviembre 01, 2007

Outcasts

Hablábamos con mi vieja. Fran, Lucas y yo. La flaca estaba pero no aportaba mucho. Habíamos establecidos que todos nosotros habíamos sido los imbéciles que todos usaban de punching bag en lo años de colegio, y creo que eso hizo el truco.

Después de contar alguna que otra anécdota frustrante, empezamos con las de revancha, y por ahí Lucas acotó: "Al final, a nosotros siempre nos va mejor que al resto después". Mi vieja le contestó que no siempre, y yo le creí: ella ha tenido más tiempo para comprobarlo. "Bueeeno... pero casi...", retrucó Lucas. "Depende de si logran hacer amigos y quien los rodée", intenté yo. Mi vieja dio la cosa como zanjada con su filosofía de que todos tenemos por lo menos una pequeña parte que es intrínseca y que no tiene que ver con nuestro entorno. Mi respuesta se disolvió en mi boca cuando mi hermano se puso a contar alguna travesura. Todo lo que había pensado era muy largo de explicar y estaba apelmasado y mezclado en mi cabeza, como humo en un remolino.

No es que al final seamos mejores que los niños mimados y populares de nuestra infancia, es que salimos del colegio templados a fuego y hielo. La resistencia que ganamos aguantando los insultos de nuestros "opresores" y las pequeñas traiciones diarias de los que se hacían llamar nuestros amigos, la fuerza que hicimos para seguir adelante e intentar una vez más hacer amigos, cada vez algo mejores, se nos volvió hábito y naturaleza después de tanto años.

Tantas posibilidades de derrota que evadimos, tantos fracasos de los que aprendimos, y heridas de las que sanamos hicieron que saliéramos del pequeño infierno que para nosotros era la secundaria al "gran mundo" con alma guerrera. Aquellos que no lo lograron, que se volvieron amargados y resentidos, simplemente dijeron basta para adentro y nunca para afuera, se dieron por vencidos y fracasaron, no sólo porque la hayan tenido difícil (eso en gran parte), sino porque se quedaron con eso.

Para nosotros que decimos, riéndonos a carcajadas pero con las cicatrices escociendo, que fuimos los oprimidos pero que lo decimos en tiempo pasado, "creo que he visto una luz al otro lado del río" es más que una letra de canción. Y no es que las cosas se nos hyan vuelto más fáciles (digamos que más grande el tanque, más grande el depredador), pero pasamos de conformar compañeros que no queríamos y aprobar materias que no nos interesaban, a encontrar gente con nuestros mismos gustos y a perseguir metas autoimpuestas. A la fuerza y resistencia sumamos pasión y ganas. No triunfar es propia responsabilidad.

domingo, septiembre 30, 2007

Engaños

Acabo de terminar de leer algo tan parecido a drama de telenovela que casi me avergüenzo de confesarlo, pero me quedó algo colgado que me pareció interesante. Por ley básica, no existe en ningun tipo de relato un malvado más puro que en las telenovelas, los cuales cumplen con todas las premisas básicas: la saña enfermiza, la obsesión, la envidia, la inteligencia (ningún malo imbecil llega lejos, esos son los extras o los peones del partido) y, por sobre todas las cosas, la habilidad de mentir, engañar y seducir.

Y en esto es que me quedé pensando porque, en mi lectura, había una mala perfecta que puso en un parlamento lo que a mi ver, más allá de lo retorcido, es el reflejo de cómo actuamos las mujeres. Para poder manipular a su antojo, para que la gente le creyera a ella en vez de a su víctima, su táctica era simple y muy gráfica: "Si ves a un leon, y al lado a un ciervo herido, ¿quién es el culpable?(...) En la guerra entre mujeres, la primera en llorar gana."

Probablemente suena horrible (es horrible), e imposible, pero yo lo leía y me acordaba de las leyes básicas de la comunicación. La primera y casi única ley universal que existe en la comunicación entre seres humanos es que uno se dispone a escuchar creyendo que el otro va a decir la verdad, o de otra manera no hay comunicación. Puede que a las dos palabras decidamos que nos equivocamos, pero empezamos creyendo e incluso cuando ya por experiencia desconfiamos de alguien, y de entrada sabemos que nos pueden mentir, nuestro cerebro se dispone inconcientemente a creer y esperar (una especie de "inocente hasta que se demuestre lo contrario" en automático), por si en una de esas era solamente "buen día" o "te olvidás el paragüas".

Entonces, ni por tontos ni por inexpertos, ni por sabios ni cascoteados, o muchas veces engañados, somos inmunes a quedar enredados en alguna mentira. Si además somos medio inocentones, la primera impresión hace mucha mella.

Si acabamos de conocer a un par de personas y vemos a una de ellas llorando y a la otra enojada, gritando sin compasión, tendemos a ablandarnos por la pobre alma en pena sin saber. Cuando dos mujeres pelean en una sala llena de gente y una se larga a llorar, la otra puede darse por perdida. Nadie va a creerle a menos que conozca la situación de antemano, o van a pesar que es demasiado cruel. Tooodos somos taaan compasivos cuando vemos al debil llorando.

Y sí, el león a simple vista parece culpable. Pero hay que ver qué es lo que hace el ciervo con sus cuernos y cascos.

jueves, septiembre 13, 2007

13

Por ahí es el día, o que estoy cansada, o que tuve que ir al banco para hacer nada, o que tuve que volverme caminando en la lluvia para atender a alguien que se había ido, o escuchar de boca de mi abuela tanto veneno, o si es porque por primera vez este tigre se puso la piel y las garas, o porque no pude refujiarme en la complicidad de mi abuelo, o porque el tiempo no daba para hablar con mi vieja, o porque las promesas que deberían alegrarme ahora me suenan a embuste viejo, o porque me sentí mal por no poder sonreir, o porque sé que soy estúpida, o porque no tengo un alma amiga que venga a abrazarme...

Pero "hoy" tiene gusto a fracazo, y "mi cumple de mañana" trae olor a tristeza.

domingo, septiembre 09, 2007

Doblajes

El 9, domingo a la noche, peli vieja de cuarta y doblada, con la voz de presentador de títulos y todo.

Una producción deee ...
Una película deee ...

Viigiiilannnteees de las calleeesss (en la pantalla se leía Colors, aprendan a traducir)

Con Sean Penn
Con "No-sé quién"

Y "¿?" Conchita "bla" (pobre mina, yo que ella omitía el segundo nombre o me buscaba un seudónimo al entrar en el negocio)

Y un reparto estelarrr (pantalla con el resto de los actores)

...


¿Y qué voy a hacer?. Ya ahí me tuve que parar a reirme a carcajadas. No pueden ser tan baratos.

martes, agosto 14, 2007

Grrrrrrr

¡¡Odio cuando Don blogger hace esto!!
Quiero ver mi blog actualizado ¡Pero YA!

La mochila

Cuando tenía unos 10, tal vez ya 11 años, e iba a cuarto grado, era terriblemente olvidadiza. Eso, sumado al terror que inspiraba la déspota de mi maestra, hacían que hubiese concebido la idea más simple, práctica, y, a mi entonces parecer, brillante: tener en la mochila las cosas de todas las materias, el valor en libros y útiles de una semana, y así no tener que revisar todos los días lo que había adentro, no correr el riesgo de que algo me faltara.

El resultado de ésto, más allá de que funcionase o no, fue que mi mochila se convirtiera en una carga terriblemente pesada, casi imposible, para una niña que tenía que caminar cada día al colegio ida y vuelta. Ese año pagué con mi destino de hormiguita viajera mi descuido, y también en parte mi pereza, al momento de armar la mochila.

Recordé ésto viendo hoy las noticias. Un nene de 11 y otro de 12 asaltaron un negocio con un arma, y en el rally le dispararon al tipo que atendía en la cabeza. No podía dejar de pensar que el cuerpo de un hombre de 50 era una mochila demasiado pesada para un chico de 11, y que él y su compañero acababan de cargársela a los hombros.

Tal y como yo en mi cuarto grado, ellos serán los primeros culpables, de llanar la mochila, de cargar la bala. Aunque yo llevé la mía durante un año por tozudes y ellos lo harán toda la vida por culpa. Porque como a mí me asustaba mi maestra, a ellos tal vez les asustaba el hambre, y tal y cómo mi madre no notaba lo que hacía, tal vez sus padres jamás los notaron por nada.

El tipo está en terapia intensiva, los chicos son ininmputables. Tal vez, como yo aprendí que era mejor esforzarme un poco más antes de salir para el colegio que quebrame la espalda, tal vez ellos también tengan la oportunidad todavía de no tener que cargarse un muerto. Aunque los hombros nunca dejen de sufrir.

lunes, agosto 13, 2007

La que no entendía a las que lloraban en el cine

Ayer me terminé el último libro de Harry Potter.
No paso ningun dato, pero llegado a un punto, y aprovechando que no había nadie en casa, se me dio por llorar (ultimamente lloro por cualquier pabada, bahh). Lo grave es que si alguien hubiese entrado en ese momento, habría pensado que se me había muerto un pariente. Patético.

domingo, agosto 12, 2007

Disparador

Mirando la música que bajé, organizándola antes de pasar los archivos del incoming a sus carpetas correspondientes, escuchando cada versión y viendo cuál es la que más me gusta, encontré al fin esa canción.

Me sonreía con nostalgia mientras le ponía las voces de mi tío o mi vieja alternativamente, y me pintaba en mi realidad de tres años. A veces me sorprendo de las cosas que me acuerdo, y más todavía de las que creía olvidadas y por ahí me las encuentro, en el rocodo de una cación de la que sé la letra y no sé por qué.

Creo que pocas cosas hay que sean más gratificantes que una dulce memoria de la que se encontró el disparador. Y pocas cosas más enlazadas a mi memoria que esas viejas canciones, con voz de mi familia y banda sonora de cuerdas de guitarra.

Recordar porque sí, sin poner esfuerzo o querer, es un sentimiento cálido y extraño, como deslizarse por un tubo de forma suave y balancéandose.

sábado, agosto 11, 2007

Diplomacia

Soy terriblemente diplomática.

Cuando digo algo que sé que es importante o que puede llegar a producir una reacción, me detengo un segundo y pienso. Si estoy tratando de obtener un resultado determinado, lo pienso el doble.
Redacto en mi cabeza palabra por palabra, sopeso los matices de cada posible sinónimo, me pongo un segundo en el lugar del otro y me imagino escuchando eso que voy a decir. Y cuando me gustó más o menos como quedó, o ya el tiempo no da para más, lo tiro.
Y en este proceso el msn es mi mejor amigo.

Porque cara a cara es más difícil. Entonces tengo que calcular también la expresión y el tono de voz.

miércoles, agosto 01, 2007

Una menos, una más.

Los últimos 3 días fueron un rally de estudio casi desesperado.

Me levanté hoy a las 5 dispuesta a leer las 60 páginas sobre uso racional de la energía que me habían quedado pendientes, mientras me preguntaba si era cuerda la idea de presentarme. Pensaba que si un profesor se enterase que había estudiado durante dos días para un final, me desaprobaría sin darme chances, así que me consolaba con la idea de que los dos días me habían rendido por 30 horas de estudio netas.

Ya jugada, me senté tipo 7 en la compu para buscar en la net algún modelo de final. Casi me agarra un ataque de pánico, porque en 5 preguntas te paseaban por todo el programa, y con alguna te hacían siempre un chiste de mal gusto onda "Despejar la fórmula de Torricelli a partir del principio de Bernoulli" o "Graficar la curva de aislación" (que se ve como una recta).

Y en eso estaba cuando se me ocurre chequear de nuevo la hora del parcial. Yo venía convencida de que era a las 9:30. Pero convencida mal. Tanto que razonaba que era normal, porque la cursada empezaba a las 9 y la media hora era un changüí usual en los parciales. Pero no, no, no y no. La hora, ahí puestita en la página de UBA, decía que no, que a las 9:30 no era el final, que era a las 8:30. Y yo que miro el reloj de la compu y veo 7:30.

NOOOOOOOOOooooooo!!!

La "o" me seguía por donde corría, mientras cazaba la mochila y entraba a meter libro, apuntes, cartuchera, celular, fibras, regla, calculadora y la libreta... ¡¿DONDE ESTÁ LA LIBRETA?!. Salto, revuelvo. ¿Donde?. Reviso una pila de hojas. ¿Donde?. Miro el ropero, me fijo entre la ropa, abro los cajones. ¡Donde carajo esta la puta libreeetaaaaa!... ¡Ah! ¡Sí! ¡La puse arriba de la heladera para que esté a mano! (...).

Salgo rajando después de vestirme, lavarme los dientes y atarme el pelo. En la estación del subte a las 7:55 y milagrosamente a las 8:03 ya en Plaza Italia, rezaba porque el 37 no remoloneara y apareciera en menos de 5 minutos o estaba en el horno. Y mientras seguía leyendo parada, y con una fibrita rosa en la mano iba marcando lo importante. La imagen del estudiante jugado.

El 37 vino, y hasta bastante vacío. Eso es lo único bueno de tener que ir a ciudad durante las vacaciones de invierno. Y a las 8:21 estaba parando en el tercer pabellón. A velocidad supersónica recorrí la entrada y subí los 6 tramos de escalera, y a las 8:23 estaba en la puerta del aula (Safe!!).

Miro alrededor, y el piso estaba minado de gente tirada leyendo apuntes con caras que iban de la concentración a la descompostura. Me siento yo también, bien cerquita a la puerta, y saco mis resúmenes para hacer un último repaso, mientras pienso que como somos muchos, de desaprobar vamos a ser unos cuantos. El consuelo tonto de sentirse acompañado en la desgracia, viste.

Aparece un grupo de profesores y uno grita "Los que viene a rendir Textil I, síganme al aula" (síganme los buenos). Y ahí van y se levantan todos, che. Una soledad en el pasillo...ni uno queda. O sí, queda una chica, sentada del otro lado de la puerta, que mira, con la misma angustia que creo que debo mostrar yo en mi cara, como desaparece la masa de examinados. "¿Rendís Física?" "Sí (frenética) ¿Somos dos nomás? No puede ser que seamos dos nada más ¿Y si los tipos quieren ahorrar tiempo y nos toman oral? (verde)" NO ME DIGAS EEESOOOO (hasta yo me contagiaba del color).

Aparece un flaco "¿Rinden Física?" "¡Vamos que somos tres!" "Igual somos pocos ¿Y si toman oral?" "Nahhh, no toman oral. Espero aprobar. Ya cursé Instalaciones I y II, si desapruebo le digo al tipo ese que él está muy equivocado. Ya es la tercera vez que voy a rendir este final"
NO ME DIGAS EEESOOOO. La otra flaca, violeta estaba ya para estas alturas.

Llegan los profesores, entramos al aula por la puerta del oootro lado, y con nosotros entran dos, no, tres flacos más. Seis boludos rindiendo el final en un taller que normalmente alberga a 200 estudiantes durante la cursada. Los profesores se instalan en una mesa, y como una especie de efecto repelente por pánico, todos seguimos caminando más y más lejos de donde los tipos dejaron sus cosas. En un momento largué la carcajada y, diciéndole a la flaca que esto ya era ridículo, me planté en una mesa a medio camino.

Entro a sacar las cosas, y me doy cuenta que en alpuro me olvidé las hojas sobre la mesa. Le pido unas a la flaca de antes y empezamos. Para esto eran como las 9. Hasta las 11 teníamos tiempo.

A mitad del final resuelto, le pregunto la hora a un profesor. Las 10 y yo me re meaba. Porque en el rally de salir de casa no fui al baño. Terminé ese final desesperada, pero hice control mental y me tomé el tiempo para completar un detalle por acá y por allá en unas respuestas y revisar todo.

Entrego, y los tipo me dicen que me quede cerca del aula que ya corrigen y dan la nota. Yo salgo disparada. Qué cerca ni qué nada. Para cuando vuelvo, más aliviada y con un café en la mano, veo que ya no hay nadie rindiendo. Al ratito aparece el catedrático por un pasillo, y antes de entrar al salón se me planta adelante y me pregunta quién soy. Le digo. "Ah, si... excelente, la verdad. Ex-ce-lente"

Waaaaaa un nueeeveeeeee. Si me ponías música, te bailaba la conga.

domingo, julio 29, 2007

Definiéndome

Populares:

- A mi prójimo quiero, pero a mí el primero.
- La legión no retrocede, da media vuelta y avanza.
- La envidia es una declaración de inferioridad.
- A veces es mejor cerrar la boca y parecer idiota que abrirla y demostrar que lo eres.
- A bicho que no conozcas, no le pises la cola.
- A maestro de espada, aprendiz de pistola.
- El secreto para mantener alta la autoestima es saber reírse de uno mismo, pero siempre un poco menos de lo que nos reímos de los demás.


De los libros:

- La abrazó, y como en sus fuerzas no estaba ahogarla, le sonreía.
- Hasta que la cola pasa todo es toro.
- Tantas trazas tienes de venir del cielo como de ir a él.


Mías o de por ahí:

- Vuelo en aras de la suerte... A veces me pego unos palos...
- Ingenio sobre fuerza, carisma sobre ingenio y suerte sobre los tres.

miércoles, julio 25, 2007

Amarga noche de Retiro

Un día de casancio y contracturas que terminó en derrota. Lindo regreso.

En todo caso, no es peor que la partida, que tuvo aparejada además dolores de cabeza, nervios, corridas y falta de sueño. Porque cuando me quise ir para Trenque, además del sabor amargo, tuve que cargar también con la frustración de no tener colectivo hasta la mañana siguiente.

El jueves llegué a Retiro doce menos diez, después de haberme levantado a las 4 de la mañana, después de enterarme que Fontanarrosa se había muerto, después de haber corrido todo el día para una entrega que me cascotearon de todos los ángulos, después de cargar un bolso, una mochilota y toda mi amargura, mis contracturas y mis esperanzas, para enterarme que el último colectivo que iba a Trenque había salido hacía 10 minutos. Jamás pensé tanto en el dicho "para tarde es temprano y para temprano es tarde" como cuando en todas las boleterías me contestaron que el próximo servicio era a las 6 de la mañana.

En fin, que si creen que Retiro es un lugar bizarro, prueben verlo de noche. Lo menos, un zoológico: gente durmiendo en las sillas, a cual más feo, viejo, sucio, triste, cansado y gris; un par de empleados limpiando el piso justo por donde tenés que pasar; un iluso como una recorriendo las boleterías sin resignarse, a la caza de un servicio por el que no haya consultado, algo más temprano, una combinación, un colectivo que se pase, un milagro, una esperanza, algo; un librero aburrido que te invita a tomar un café para matar una hora de espera; un flaco arreglando un cajero que te pregunta si sabés donde está el otro, el que está roto, que tiene que tener al lado a una vieja sentada, porque este no es; un mozo que barre porque la noche es larga y los escasos clientes se duermen en las mesas; un par de mendigos que miran una peli doblada en los flamantes televisores de monedas (muy bizarro); un tipo que pasa una lustradora enorme que hace un ruido que a lo lejos parece que gritaran un gol laaargo que saliera del televisor de la confitería, donde un par de viejos semi dormidos miran jugar a la sub20.

martes, julio 17, 2007

Refacciones

Bueno, ahora sí, en mi viejo lugar, pero con las cosas nuevas que implementé en el otro blog. O más o menos.

Si escuchan serruchos y martillos es que sigo trabajando.

lunes, julio 16, 2007

Volviendo a casa

Al fin pude arreglar el problema que tenía con este blog y acá estoy de vuelta.

Unos meses por larva, otros más porque había hecho el intento de otro blog sin autocensurarme (lo hago en demasía), y ya al final porque no podía entrar después de convertir el blog al nuevo formato (gma1l del toto), parecía que el bicho este se moría. Y así lo iba a dejar, languideciendo, hasta que el otro día entré por unos nuevos comentarios que dejó alguien por ahí, y revolviendo me di cuenta de que hay posteos a los que todavía les tengo apego, así que me quedo.

Uno se acostumbra a las viejas casas en las que vivió un tiempo.

viernes, mayo 04, 2007

Soplo de optimismo.

Anoche por primera vez desde que me vine a estudiar, por primera vez desde que lo decidí, por primera vez, pensé en dejar la carrera. Sentí una angustia enorme cuando escuché ese nivel menos, que no fue el primero, pero que me derrumbó como ningún otro.

Hace 15 días que remo sin descanso, que vivo descompuesta de nervios, que duermo mal por acostarme pensando en lo que tengo que hacer al día siguiente, que no me doy un momento de esparcimiento sin culpa. Y todo para llegar a un nivel menos, a que no alcanza, a que todavía falta.

Y todo se hizo trizas adentro de mi cabeza. Y pensé en qué pasaría si dejara todo, si me pasara, por ejemplo, a medicina, con materias en las sé que sí soy buena. Y con toda mi angustia pesandomé me fui a la parada del colectivo, decidiendo comerme el chocolate que, por una casualidad muy grande había comprado más temprano, durante el viaje de vuelta. Hasta me pintaba sentada contra la ventana, la epítome de la mina deprimida sublimando con comida. Quería meditar ese arranque con azucar como calmante de por medio.

Sentada contra la ventana, comiendo el chocolate y pensando ya en cómo me sentiría si tuviera que decir que en medicina iba dos años atrasada, considerando otras posibles carrera a las que pudiera entrar más rápidamente, rompió el hilo una cara conocida. Entre las últimas personas que se subían apretujadas, la última de todas era Pame. La Pame de la que me estuve acordando toda esta última semana. La Pame que trabaja, y que me contaba que despacito estaba haciendo tres materias más, y que había largado SRG en el verano, y que Dani estaba re vaga, y que se re cansaba, y que sentía culpa cuando se divertía, y que con todo seguía, y que se daba cuenta de que tener a alguien conocido y querido al lado te representa un apoyo enorme.

Y entonces me sentí más tranquila. Por mitad de Aeroparque ya estaba centrada, y todo deseo derrotista se había esfumado como por arte de magia, porque alguien entendía, alguien ponía en palabras todo lo que yo sentía sin amargarse, alguien compartía mis miserias y me mostraba el secreto para no parar.

Pame apareció para ser la persona conocida que necesitaba para apoyarme y para hablar. Algo grande arriba me la mandó. Un pequeño soplo de optimismo en la forma de una amiga.

jueves, febrero 01, 2007

Oooyaaa

Llegué y me encontré con el departamento re liiinnndoooo.
Primero pensé que me había equivocado de puerta. No, 4 A, estoy bien.
Prendo las luces, y la del living no andaba. Ok, voy a tener que cambiar esa.
Conecto la compu. La enchufo... nada. La enchufo en donde iría la heladera... nada. No tengo electricidad en el living. Ok, voy a tener que llamar a un electricista.
Tiro un alargue hasta el enchufe de la pieza. Prendo todo, e internet que no quería funcar. Entre las cuentas arriba de la mesa encuentro una atrasada del teléfono. Ok, voy a tener que pagar esa.
¿Las cuentas arriba de la mesa? ¿Quién habrá andado por estos lares?. Voy a tener que preguntarle a Flor.
Voy a guardar mi ropa, y me encuentro con todo abarrotado. Ah, es verdad, Flor me había avisado. Voy a tener que acomodar.
Estaba fusilada, así que me acosté a dormir. ¡Uy!, no hay sábanas. Voy a tener que ir al lavadero.
Me tiré igual y dormí unas horas. Fui a cursar, y me pegaron un susto de la madre santa. Estaba como mareada de tanta cosa y trabadísima con los ejercicios. Ok, voy a necesitar los "Ejercicios resueltos".

Recién ahora me vengo aclimatando. Y todavía me falta llamar al electricista.

domingo, enero 21, 2007

Mi lista

Hace un tiempo, en el blog favorito de mi vieja, descubrí algo que ya sabía: hacer listas es divertido.

Listas de compras
Listas de deseos
Listas de lugares para conocer
Listas de comidas para probar
Listas de ropa para usar
Listas de cosas para poner en el bolso
Listas de cosas que hacer cuando vuelva al depto.
Listas de cosas que quiero hacer en mis días libres
Listas de libros que quiero leer, que leí o que quiero comprar
Listas de canciones que quiero bajar
Listas de gente a la que quiero
Listas de gente que me quiere
Listas de defectos
Listas de virtudes

Y listas de listas, como esta.

jueves, enero 18, 2007

Agua, sal, sol

Y sí, señores: Después de tanta incertidumbre, nos fuimos de vacaciones.

La actitud: Desinhibición total (las boludeces se nos caían de la boca a toda hora)

El clima: 1 sólo día nublado, 1 frío que lo dormimos (después de bailar toda la noche) y 1 fresco (que fue el último y no teníamos ducha).

Boliches: ¡¡¡Aguante Chocolate!!!.

Alfajores: ¡¡¡Que putos los de Havanna, qué caros los tienen!!!.

Los colectivos: Una cagada (como siempre).

La Playa: Tranquila.

El Mar: Jodido.

Los Bañeros: No tengo yerba.

La frase: "No sé si los chicos son más lindos que en Baires, pero acá los ves en maya"


Banda Sonora: Christina Aguilera - Ain't no other man

martes, enero 02, 2007

Round 21

Cenamos de nuevo en lo del tío. Fuimos poquitos, comimos mucho, nos reímos e hicimos chistes sobre el Alzheimer de Anita. Vimos los fuegos artificiales en la vereda. Mandé más de 20 mensajes.

Salimos con Fran en el auto a dar una vuelta, y me gustó mucho ver a la gente sentada afuera, las casas totalmente cerradas por vacías, las que estaban totalmente abiertas a la calle, rebalsando de gente. La noche tibia, el aire fresco.

Pasamos por las casas de los amigos para ver quién andaba afuera. Tapera. Y una luz que prometía reunión pero que mi culpa no me dejó aceptar.

No sabía que hacer. Me entraban mensajes de número desconocido que pensé que eran de Flor y terminaron siendo de la Flaca. Dimos vueltas en el auto por el centro, haciendo tiempo hasta las tres para ir a Coco. Hasta fuimos a la Petro, porque pensé que podía matar el tiempo saludando a la Tati. Después me acordé que iba a estar en el ACA. Ni daba. La Monferrand tuvo gusto a derrota.

Ya ni quería salir. Pensé en terminar de frustrar todo por mi cuenta en ese momento y lugar de una vez y acostarme a dormir. Sólo 100 metros me alcanzaron para pensar que no quería eso. Que quería pelear por mi inicio de año, y que hasta ahora era yo la que venía frustrando las cosas. I guess 'till then I took it all for granted.

Me callé, observé, tomé lo que me tocó y comprobé que mi pálpito era correcto. Swallow it up girl, you deserve it.

No fue tan malo. I only regret my timing.

Al mediodía siguiente fue el almuerzo con los abuelos. Apacible como el de Navidad, hubo incluso un par de bonus extras que me gustaron. No pensé que uno podría llegar a decir que extrañé lo apacible.

Let's keep on strugling.


Ah, si, (and just to keep on the record) este es el post Nº 100.