Aspirar

Definitivamente, los pisos alfombrados me irritan. Los siento mugrientos, y siempre me dan cierta sensación de calor.

La aspiradora, por otro lado, me parece un invento maravilloso. Tendría una sólo para ver desaparecer así de fácil los pelos del piso del baño.

Lili

La nueva mujer con la que vivo toma el mate tibio, con yerba saborizada con cítricos, al que le agrega unas gotas de chucker y jugo de pomelo o limón, y con una bombilla de plástico. Creo que ésto más o menos la define. Si no, basta agregar que yo tomo el mate super caliente, amargo y con yerba común.

Habla muchísimo. Creo que me sé más o menos toda su vida, la de sus hijos, nieta, amigas, vecinos, novio, nueras, consuegra y empleados/as.

Pero es super amigable, está poco y no espera nada. Creo que vamos a llevarnos bárbaro.

Strike Counter

Bueh... Puse un contador. Ya veremos si mi ego puede soportarlo.

Lo bueno, o malo, es que no funciona bien, así que en vez de contar sólo las veces que alguien entra en el blog, cuanta cada vez que entran a alguna sección. Ya voy a ver si puedo remediarlo.

Anonimato

Acabo de madar un mail, y me acordé de la lista de gente a la que debo otros. Entre todos, una se destaca, porque marca una etapa, o la bisagra entre dos, depende de cómo se quiera mirar la cosa. Ella vive en españa, y no me conoce. O en realidad, me conoce (o mejor en tiempo pasado) demasiado, gracias a el maravilloso invento que es internet, las salas de chat, el e-mail y el msn. A ella, única en su época, le dije todo, y ella inspira esto.

La maravilla más grande es contarle hasta tus últimos secretos a alguien que no te ve la cara. El anonimato borra todas las inhibiciones. Para qué mentirle a alguien que no puede afectarte, a alguien que no querés, a alguien que no te juzga. Es como un diario íntimo interactivo, más cálido y sin los riesgos de que alguien lo encuentre, o que uno sienta vergüenza al leerlo más tarde. No queda ninguna prueba, ningún rastro, nada. Es la última versión de la consulta psicológica, sin el título ni el conocimiento, pero gratuita y sin las molestias de aceptar la idea de ver a un "loquero".

Yo tuve la necesidad de ese descargo durante mi adolescencia. Ni mis "diarios" me servían, porque me daba miedo que alguien los leyera. Incluso en el papel mentía, omitía, usaba sobrenombres o pronombres. Hoy miento cuando escribo, hasta en archivos de word encriptados (paranoica, ¿yo?). Por eso hoy rindo homenaje a los desconocidos de cada día.

Geno, si cruzas esto, te debo un mail. Charlar ya no necesito, pero muchas muchas gracias.

Odd Craving

Tengo ganas de comer yogurt. Pero no uno de esos "fancy"y raros que vienen ahora. Quiero un yogurt de esos comunachos, grandes y baratos. Quiero un Gandara de vainilla, de esos que te vendían por 60 centavos, los del pote amarillo igual a los de crema de 250cc. Mi viejo siempre los comía cuando yo era chiquita.