miércoles, mayo 10, 2006

Feria del Libro

Fui. At last.

Lo iba pateando porque no quería pagar la entrada. Mi hermano me dijo rata, yo le dije que me la pagara él, y se terminó la cuestión.Terminé yendo porque me avisaron que este año escolares, universitarios y jubilados entran gratis de lunes a jueves.

¿Qué me pareció?.

Rica estéticamente (hasta saqué algunas fotos), pobre a nivel libros.

Había unos cuantos clásicos, de buena encuadernación y a buen precio, pero en todos los stands estaban los mismos. Proliferaban Las Crónicas de Narnia, los Harry Potter y El Señor de los Anilllos, pero no pude encontrar una edición decente de Alicia en el País de las Maravillas. La única edición de El Conde de Montecristo (el que piensa que hablo de la novela, abandone inmediatamente este blog) en toda la feria era una pedorrísima que me querían cobrar 49 mangos. Lo mismo le pasó a Lucas con Rayuela.

Encontré algunos libros que habría comprado... si la encuadernación hubiera sido mejor. Aprendan muchachos: El que lee, y por ende conoce una biblioteca, cuando decide comprarse un libro no le importa pagar unos pesos más si es de tapas duras. Si la edición es mala, y el comprador bueno, este prefiere seguir leyendo de la biblioteca pública hasta conseguir una que pueda durar en su biblioteca personal.

Lo mejor, con todo, fue donde vendían libros en inglés. Hubo muuuchos libros que me hicieron babear, pero siendo la única en casa que lee en inglés, decidí dejar mi plata para algo que ayude más a nuestra biblioteca familiar.
Lo demás era patético. Las ofertas eran de libros que daban vergüenza (aunque esto es un punto flojo en esta crítica porque fui bastante tarde, y los buenos libros se agotan pronto) y el stand más lleno fue uno de manuales escolares.

Molestó que el 60% de los concurrentes fueran vestidos con uniformes y/o guerdapolvos. Esas comitivas que llevan las escuelas debieran de estar prohibidas. Menos de 1 de cada 30 tenía ganas de estar ahí. Los demás rompían las pelotas, te empujaban, se amontonaban en las computadoras, atestaban las zonas de descanso, hablaban a los gritos de cosas que nos daban vergüenza ajena y se reían de los que sí disfrutaban de leer y comprar libros.

En general, pasé igual un buen día. Nati se enganchó tanto como yo con los libros en inglés, Lucas nos daba qué buscar, y a los tres nos gusta recorrer y husmear, así que nos entendimos bien.

Una última cosa: ¿Qué pasó con las bolsas, señaladores, celendarios, lapiceras y folletitos colorinches que siempre te daban al pasar? ¿Tanta malaria hay?.
Y otra más: Pongan más lockers. Mi espalda se los va a agradecer.


Banda Sonora: Bersuit - El tiempo no para.

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