Hace un par de semanas me torcí fieramente la mano izquierda viajando en el colectivo. Confirmé así lo que siempre pensé: cargar un tablero que pesa la mitad que yo en el 37 es poco saludable, aunque normalmente para los pasajeros que viajan cerca mío. Supongo que ésta vuelta era para empatar el karma.
La cuestión es que dolió como la puta madre por unos cuantos días, al punto de que esquivaba levantar una taza vacía. Y relacionado al tema de no hacer fuerza ni mover o doblar, llegaron los problemas.
Soy diestra, pero no hay nada más choto, les aseguro, que tener que desabrocharse o subirse los pantalones con una mano. Justo por debajo califica lavarse el pelo, y en el top ten debe andar lavar los platos, aunque le doy el tercer puesto si acoplo a todo el proceso la necesidad de arremangarme. Despertarme con el brazo apretado tampoco era lindo.
Celebro tener de vuelta la mano en condiciones. Ahora no tengo que hacer malabares para cebarme mate.
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1 comentario:
Hi, hi, pasaba a comentar q pasé :P
Suerte q no te torciste la derecha che!
Mmmm, no tengo nada q contarte q ya no te haya dicho, asiq corto aca y sigo renegando con los putos codecs de video... Quiero grabar un video de la pantalla y me ta volviendo loco xa encontrar bien el codec, velocidad y calidad q haga q deje de titilar en negro a c/rato! jaja
Nos vemos hermana.
Y pasá x mi blog de vez en cuando che! q yo te firmo y vos no aportas nada!
Salu2
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