martes, septiembre 26, 2006

¡Bomba!

Sabía que ver tanta gente amontonada en la rambla no podía ser buen signo.

Ni bien me bajo del colectivo, un tipo empieza a arrearnos, echándonos de la vereda del pabellón, mientras nos decía que no se podía entrar. Alguien preguntó que pasaba:

"Hay amenaza de bomba. Hay que esperar unas dos horas para confirmar que esté todo bien"

Alguien comentó a la pasada que era probable que las clases de la noche también se suspendieran.

Yo me crucé al barcito de en freeeeente, fui a los teléfonos púuuublicos, descubrí que no tenía moneeeedaaass, y como quien no quiere la cosa me dije "¡Y bueh!, ¡habrá que ir a casa para llamar por teléfono al resto y avisarles que no vengan!".

Mientras iba en el 37 por Lugones, no podía dejar de mirar los pabellones de ciudad y pensar que si en ese momento escuchaba un BOOOOMMM y veía humito, yo ya iba a estar en camino a casa.

A la suerte hay que ayudarla, che.

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