miércoles, febrero 15, 2012

El Barón de Münchausen (Rudolf E. Raspe)

El barón nos cuenta sobre aventuras de viajes, de caza y de guerra. Como la vez que cabalgó una bala de cañón, las dos veces que fue a la luna, o cuando usó las estrellas que los golpes en la cabeza producen para encender su carabina.

Este libro fue una joyita. No puedo esperar a leérle en vos alta a mi abuelo los primeros cinco capítulos. Verán, el es un cuentista, del tipo que convierte una anécdota en leyenda, y digo que si él y el barón se hubiesen conocido habrían sido grandes amigos. O encarnizados competidores.

La calidad de las historias baja dramáticamente después de las primeras cinco partes. El prólogo nos cuenta que sólo estas fueron compiladas por Raspe, que transcribió y organizó las aventuras que el barón relataba a sus invitados durante fiestas y cenas. El resto fueron agregadas años más tarde por editores. Aún son fantásticas y exageradas, pero carecen de la simpleza e ingenuidad en la narración que resulta tan encantadora al principio.

Por supuesto, ésto no las hace menos entretenidas, y terminé todo el volumen en un par de horas al sol, riéndome como una loca. Lo que habré parecido.

Consíganselo y léanlo en los minutos muertos en subtes, colectivos, colas de trámites. Las historias son así de cortas y entretenidas. Y de paso pueden divertir (o asustar) a los aledaños con sus carcajadas.

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